Si no temen ustedes que les piquen las ortigas, vengan conmigo por el estrecho sendero que conduce al pabellón, y veremos lo que sucede dentro de éste...

jueves, 14 de enero de 2021

Y ahora ¿Qué?

 Después de 13 años de silencio: vuelve el Pabellón número 6

sábado, 31 de mayo de 2008

Todavía no

La fervorosa noche y el susurro permantente del mar me descocen prolijamente las prendas inservibles: todas, una por una, caen blandas a mis pies.
Solo y desnudo, la fe puesta en la última dulzura de una mirada amorosa, espero y me niego a morir, morir en pena y enojo, morir sin sabor, morir sin haber revivido toda la belleza que conosco, sin haber atestiguado, morir sin haber muerto.

sábado, 10 de mayo de 2008

Como una mirada es desde el cielo

Como una mirada es desde el cielo un sacramento disparado, un gruñido es desde el hombre un rostro suficiente puro, un hércules que, en afilada cacería, esparce armónicos desnudos como flechas o promesas a la aurora y que no espera a que esta gracia al fin se pose en cada nido seco.

sábado, 3 de mayo de 2008

Es una estampida el horizonte

Es una estampida el horizonte que, imposible, lengua de belleza o luz bajo los párpados: tan valientes, tan humanos, como dentro del madero sin conocimiento es una lágrima el rocío que ahora ya va a amanecer: "no soy Abraham, soy una música distinta".
Entre el comedor y la cocina, qué nueva partícula ayer se deslizaba fugitiva amorosa, indiferente de tan nueva dulzura, en intervalos curvos como platos deliciosos o parábolas tan bellas como el reino de los cielos.

domingo, 20 de abril de 2008

Claro y delicado un cuerpo abierto dice el cielo

Claro y delicado un cuerpo abierto dice el cielo, espesando como nunca sus delicias allá lejos, ¿Su mirada-madriguera es en el tiempo? Una chinita, sus pasitos en el tallo y la flor ya se desmaya.
Estas pequeñitas... ¿son capaces de morderse las raices y luego abrir los ojos y buscarse, presentarse enamoradas de la música o del abrazo íntimo de las estrellas?

martes, 25 de marzo de 2008

Hoy no creo en llamaradas frias aleteando

Hoy no creo en llamaradas frias aleteando qué se yo qué sutilezas en mi oído a no ser que sea la burla precisa necesaria de un dios verdadero que destroce cada vértice y abandone al polígono empapado de un modo nunca matemático y mucho menos amoroso.
Por último un esquema que contenga el goteo persistente de la herida no sería del todo insoportable si me lo enrrostrara alguien que quiero, o que deseo, o que envidio, o que llamo siempre por su nombre desde el cuerpo mio tan antiguo y tan pesado.

martes, 18 de marzo de 2008

Ahora que el exceso

(A ver si ahora por fin...)

Ahora que el exceso de una fiebre de palacios estallando no palpita demasiado cerca, es el silencio, un estirado cielo, lo que permanece respirando blandamente y grueso, recostado en una alfombra. A veces una encíclica dictada desde regiones cada vez más lejos, un columpio resistente a la sonrisa de los niños, o una voz tan delicada que, tejiendo sin querer cristales rojos (la sangre, la belleza) se distrae locamente en la sensible y no resuelve.

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