Si no temen ustedes que les piquen las ortigas, vengan conmigo por el estrecho sendero que conduce al pabellón, y veremos lo que sucede dentro de éste...

miércoles, 15 de agosto de 2007

Los Bahá'í

Los seguidores de un profeta persa del siglo XIX preparan la construcción de este templo en Santiago:



























Tiene 30 metros de alto y capacidad para 500 personas sentadas, además de las otras 100 que caben en unas especies de nichos que miran hacia afuera. Alabastro blanco, vidrio, acero y madera son sus materiales. "El primer concepto, fue un templo de luz" dice el arquitecto. Se trata de una Casa de Adoración Bahá'í, hermana de otras ocho construídas alrededor del mundo (una de ellas, en Ashkabad, se desplomó en 1962, luego de un terremoto). Estos templos "Están abiertos a personas de toda religión y creencia, y no se realizan en ellos sermones ni ritos"(Asamblea Espiritual de los Bahá'ís de Chile, en cuya página se puede ver una cuidada presentación del templo). La idea de levantarlo en el Parque Metropolitano se estancó en algún punto de la burocracia, y luego de pensar en Colina, al parecer se han decidido por Peñalolén.
En La fe Bahá'í: Una introducción , un librillo que encontré en la biblioteca de mi abuela, la autora explica:

"El estilo arquitectónico de estos edificios varía, pero hay ciertos rasgos que son comunes a todas las casas de adoración. Por ejemplo, tienen nueve lados, con puertas a cada lado. El número nueve es un símbolo de unidad porque todos los demás dígitos están incluídos en el nueve; y el hecho de que edificio no tengo puerta trasera significa que sus puertas están abiertas a toda la humanidad. Las casas de Adoración deben estar rodeadas de hermosos jardines y de una serie de edificios destinados a fines educacionales, sociales y de caridad, de manera que el culto a Dios esté asociado con la belleza de la naturaleza y con el servicio a los hombres."
Los orígenes de la Fe Bahá'í son descritos por la misma autora:

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"Corría el año 1844 cuando un viajero llegó cansado y polvoriento a las puertas de Shíráz. Su corazón había sido atraído como un imán hasta este pueblo del sur de Irán; venía confiado de que Dios lo guiaría hasta el objeto de su búsqueda.(...)
Antes de comenzar su búsqueda, el viajero se había retirado a un lugar solitario a orar y meditar durante más de un mes. S e habría liberado de todo lo mundano y depositado toda su confianza en Dios, sabiendo que sin la ayuda de Dios nunca encontraría a quien buscaba.(...)
Al mirar hacia las puertas de la ciudad su mente se llenó de extraños pensamientos. ¿Adónde iría desde aquí? ¿Cuánto duraría esta ardua búsqueda? De pronto vio una maravillosa figura. Era un joven que se adelantaba a saludarlo con una sonrisa en su rostro radiante como si El hubiera esperado su llegada. El viajero estaba anonadado. ¿Quién era este joven y cómo sabía Él de su llegada?(...)
Según el viajero permanecía sentado a los pies de su maestro durante toda la noche, sin advertir el paso del tiempo, este primer discípulo de una nueva Dispensación pudo vislumbrar las maravillas por venir. "Esta noche", se le dijo, "esta misma hora, en días venideros, será celebrada como una de las más grandes y significativas de todas las festividades. Da gracias Dios por haberte ayudado con bondad a alcanzar el deseo de tu corazón.""
El viajero es el Báb (La Puerta), mezcla de Juan Bautista y mano derecha de Bahá'u'lláh (Gloria de Dios), el nuevo mensajero de Dios para esta nueva era. Según entiendo el mensaje de Bahá'u'lláh, todos los antiguos profetas, Buda, Jesús, etc. fueron verdaderos mensajeros de la misma dignidad. Éstos se reconocen, entre otras cosas, por estar dispuestos a sufrir a causa de su misión. Bahá'u'lláh vivió en el exilio y pasó gran parte de su vida en una celda en Akka, entonces del Imperio Otomano.
Mapa de la ruta de Bahá'u'lláh







Celda de Bahá'u'lláh en Akka, hoy Acre, Israel.










La autora explica que estos profetas, como espejos que reflejan la luz de Dios, pueden decir con la misma propiedad tanto "Soy la luz del Dios" como "Soy Dios". A ellos se les encomendó las distintas "Dispensaciones" o revelaciones sucesivas limitadas por las costumbres de cada cultura.
La dispensación de Bahá'u'lláh se diferencia de ellas en que es universal, clara para todos, y completa. La humanidad ha llegado a un estadio evolutivo en el que deben unirse en una sola Fe y librerase de los prejuicios y tradiciones nocivas que arrastramos. Esta unidad es protegida con celo:
"Antes de fallecer en 1892, Bahá'u'llah supo imedir que su Fe se dividiera en sectas, nombrando a su hijo, 'Abdu'l-Bahá (Siervo de la Gloria), como aquel a quien todo bahá'í debe acudir en busca de guía. Éste había de ser el único intérprete de los escritos de Bahá'u'lláh y ejemplo de su causa."
Antes de su muerte en 1921, 'Abdu'l-Bahá consignó en su testamento que su nieto, Shoghi Effendi, lo relevaría como Guardián de la causa. Luego de la muerte de éste, se conforma la Casa Universal de Justica, que cuenta con infalibilidad divina en sus determinaciones por mil años hasta el fin de la dispensación Bahá'í.
Como crítico de religiones, me gusta su idea de erradicar el clero y todo lo que conlleva una casta escogida. Dice el Guardian a quienes dirigen los asuntos de la causa en la Asamblea Espiritual Nacional:
"Suya es la obligación de desembarazar de una vez por todas a la totalidad de sus deliberaciones de esa atmósfera de superioridad autosuficiente, de sospecha de secreto, del ambiente de imposición dictatorial, en resumen, de cualquier palabra o acción que pudiera dar la sensación de parcialidad, egocentrismo y prejuicio. Suyo es el deber, mientras retiene en sus manos el derecho sagrado y exclusivo de la decisión final, de estimular la discusión, proveer la información, ventilar quejas, dar la bienvenida a consejos aún de los más modestos e insignificantes miembros de la familia bahá'í, dar a conocer sus razones, explicar sus planes, justificar sus acciones, revisar si es necesario su veredicto, fomentar el sentimiento de interdependencia y compañerismo, de comprensión y de confianza mutua entre ellos por una parte y todas las asambleas locales y creyentes individuales por otra."
Esto deberían leerlo con cuidado en el Vaticano y en Villa Tévere. Lo que asusta, eso sí, es el poder de la Casa Universal de Justicia, cuyo solo nombre me da escalofríos.
"Quien se diga bahá'í y rehúse obedecer a la Casa de Justicia, viola el convenio de Bahá'u'lláh y al imponer su propia autoridad por encima de la Casa de Justica, trata de abrir una brecha en las filas de los bahá'ís. Para impedir ésto, se aconseja a los seguidores de Bahá'u'lláh que no tengan contacto alguno con él. Sólo de esta forma podrá impedirse que esta persona, llamada Violador del Convenio, lesione la unidad de la Fe. Si posteriormente se arrepiente de su conducta y declara su lealtad a la Casa de Justicia, podrá reingresar a la comunidad Bahá'í."
Pero ojo,
"Quien haya sido bahá'í, pero luego cambiare de idea y no quisiera continuar siendo miembro de la Fe, no será considerado violador del convenio. Los bahá'ís seguirán en contacto con él sin titubeos."

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