Si no temen ustedes que les piquen las ortigas, vengan conmigo por el estrecho sendero que conduce al pabellón, y veremos lo que sucede dentro de éste...

jueves, 3 de enero de 2008

Chao Lao

"Tan pronto como aparecen nombres sabed que es hora de detenerse"
(Tao Te King)
"Hay mucha distancia entre la copa y el borde de los labios"
(Anceo, del que es costumbre afirmar que no se sabe nada fuera de que dio ocasión de este adagio, según cuenta Kierkegaard)
Un vaso de ron
Y aquí debajo

El polvo erizado sobre un latido solo
La luz cae

Más abajo

Relámpagos de sangre
Tejido sensible de agua
Raíces disparadas en lo cóncavo
El túmulo pinchado por la cruz
Y al centro abajo Adán y Eva señalando
El eje en la piel del kultrún

Si más abajo arena, un ojo, espejo, o la etiqueta...

Acaso el Tao
Este trago de ron.

Ciencia y Poesía III

(Viene de Ciencia y poesía I y II)

Cuando aceptamos que el verso libre no es en realidad absolutamente libre, sino que obedece al ritmo y a la sonoridad, aceptamos también que el poeta que escribía sonetos en el siglo de oro –si no era un pedante o un snob- utilizaba también el verso libre, en el sentido más estricto de este concepto. Así, de un modo parecido a como los teólogos dicen que, en el fondo, los patriarcas y profetas fueron todos cristianos, Newton y Copérnico, sin saberlo, trabajaban dentro del ámbito de la relatividad. Con la misma lógica también se puede decir que la música de Bach cabe dentro de la politonalidad, e incluso, desde un sentido profundo, si escuchamos con oídos nuevos, Bach es también es atonal. "Lo posible es sólo una parcela de lo imposible", dice el poeta Juarroz, y así también lo tonal es sólo una región de la atonalidad. Otros fueron los que se inventaron, por comodidad, a un profeta de los doce tonos y adalid del buen temperamento. Muchas escuelas o tradiciones caen en la maldición bíblica ("Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos...") cuando adoran al contenido y no se dan cuenta de que antes es el continente: el hombre-niño que crea.
Por último, para iluminar aquella cuestión pendiente acerca de si lo que descubre la ciencia existía antes de que se nombrara cito nuevamente a Claudio Bunster:
"...Nos reunimos algúnos físicos para hablar sobre el tiempo. Estuve tomando con él (con Stephen Hawking) hasta las cuatro de la mañana. Porque Hawking toma. Toma Brandy. Y Hawking habla muy lentamente porque habla con esa máquina que le articula la voz. Estuve muchas horas con él y con otra gente. Pero la discusión era entre los dos. Y Hawking es un científico extraordinariamente ortodoxo, extraordinaramente clásico en su pensamiento. En este asunto del descubrimiento y de la invención, Hawking por ningún motivo acepta que la teoría de la relatividad se inventó. Entonces yo le pregunté, ¿pero cómo, por qué no se inventó? Y el respondió, "porque estaba actuando desde mucho antes de que naciera Einstein".(...)Entonces yo le mencioné otra teoría. No, dijo, ésa se inventó. ¿Y por qué?, le dije. "Porque no resultó". No, respondí, eso es falso, porque hubo otra teoría que necesitó treinta años para que resultara, pero luego resultó para otra cosa. Y continué, allí te vas a dar vuelta la chaueta y me vas a decir que en el momento que empezó a resultar comenzó a ser un descubrimiento y dejó de ser invención. Entonces se corrió y me dijo: we are splitting hairs. (...)Entonces yo le dije a Hawkings, vamos a hacer una votación. Había como ochenta físicos. Y por mayoría muy amplia la gente pensó que las cosas se inventan y no se descubren."

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