Si no temen ustedes que les piquen las ortigas, vengan conmigo por el estrecho sendero que conduce al pabellón, y veremos lo que sucede dentro de éste...

jueves, 9 de agosto de 2007

Para una nueva nieve

(Un espacio para el Ebeneezer Scrooge que llevo dentro)

Se veía venir, todos lo sabíamos y aún así la nieve nos pilló desprevenidos. Lo que pasa es que en estas latitudes nos faltan juegos y poemas para hacerla nuestra. Modelar un golem, lanzarse puñados de hielo o imprimir la sombra de un ángel en el llano, todo esto lo hemos malcopiado porque no sabemos qué otra cosa hacer cuando nieva.
Por eso no culpo a aquel joven periodista de TV que, cartón UNIACC en mano, superado por la novedad y apurado por su equipo de trabajo, proclamó: "Lo que estamos viendo es, porqué no decirlo, parecido a aquella atmósfera navideña a la que nos han acostumbrado los norteamericanos". Yo tengo una caravana de razones sentimentales para su "porqué no decirlo".
Propongo un cónclave de poetas y niños chilenos que nos preparen para la próxima nevazón. Nuevos juegos y nuevos adjetivos para una nueva nieve.

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